Hermanos de Nuestra Señora de la Misericordia

 

Inspirados por el Evangelio presentamos una visión de la humanidad llena de esperanzas

Víctor Scheppers ha siempre acentuado que cada jóven vale la pena. Nuestra tarea evangélica de servir al prójimo nos apuesta hoy día a dar oportunidades a los jóvenes para que puedan desarrollarse. Por eso nuestras escuelas son un ambiente donde los miembros del personal pueden mostrar y pasar una actitud católica. Alientan a los jóvenes a adoptar esta inspiración básica.

En la escuela encontramos a la juventud creciente. Este dato complejo no debe irritarnos: ¡pues aceptamos a nuestros alumnos como alumnos "en busca"! Nos preocupamos en particular de los alumnos que tienen necesidades, trastornos o que son vulnerables. Así se hace manifiesto el dinamismo espontáneo y entusiasta con que queremos creer en ellos, con que nos atrevemos a hacerles confianza y a darles responsabilidades. Gracias a esta preocupación cotidiana nuestro proyecto educativo se hace visible para los alumnos. De esta manera las capacidades pedagógicas de los profesores se corresponden con los deseos de los padres.

Así los jóvenes se atreven a crear su futuro de manera optimista y dinámica. Los acompañamos estimulándolos con dilemas y selecciones que los adultos (jóvenes) también tienen que afrontar. Al mismo tiempo tenemos que dar y mostrar normas para que sepan hacer selecciones sólidas y justas en la vida. Debido a este compromiso las escuelas de Scheppers crean un ambiente muy accesible donde los jóvenes pueden estudiar y vivir. Y gracias a estos esfuerzos participamos a la realización de un porvenir lleno de esperanza para las generaciones futuras.

Perseguimos una educación íntegra y cali- tativa

Queremos que los padres y los alumnos escogen nuestras escuelas de Scheppers porque garantizamos una enseñanza sólida, fascinante y cuidadosa. También significa que nuestros alumnos pueden descubrir y desarrollar sus capacidades intelectuales, mentales, espirituales, físicas, musicales, comunicativas y sociales. Además estamos los testigos del origen y del dinamismo de los jóvenes que nos están confiados, pero también de su vulnerabilidad y sus restricciones.

Este acompañamiento íntegro se manifiesta explicítamente en una búsqueda constante de un equilibrio bien pensado en nuestros actos pedagógicos. Pues estamos forzados a reconsiderar siempre cómo tratamos a los prójimos. De esta manera aspiramos cada día de nuevo a un equilibrio sano entre soltar o dirigir, entre remediar y sancionar, entre seriedad y humor, entre estudio y descanso...

El contenido de las asignaturas se ilustra con la contribución de varios servicios y de expertos externos. Buscamos extra muros testimonios alentadores y ejemplos de una buena práctica para ilustrar las actitudes deseadas en la sociedad actual.

Además esta atención continua para una educación íntegra exige de todos los colaboradores que vigilen la manera donde pasan, formulan y muestran las actitudes correctas. Así intentamos educar jóvenes para que sean solidarios, sociales, alegres y capables de establecer relaciones y opinar de manera positiva y crítica.

Creamos oportunidades para cada alumno

Los niños se distinguen por sus ideas personales y sentimientos, sus valores y normas, sus certitudes y dudas, sus talentos y limitaciones. Este conjunto de disposiciones, clase social, iniciativa personal y influencias de los prójimos les da una personalidad única.

En nuestras escuelas reconocemos y aceptamos la autenticidad (en el desarrollo) de cada jóven. Apostamos por una cohabitación dinámica, mezclando de modo armonioso las clases, los contactos entre jóvenes y adultos, la formación permanente y la educación.

En su vida nuestro fundador Víctor Scheppers nos dio el ejemplo de su preocupación explícita por los jóvenes con necesitades especiales. Por eso prestamos una atención especial a los jóvenes con retrasos o trastornos en el aprendizaje, y / o con trastornos físicos o mentales. Apostando por una presencia interesada, la empatía y un sistema de cuidados muy desarrollado, intentamos contestar las preguntas sobre problemas de cualquier tipo que nos hacen los padres, los alumnos u otras personas que ayudan al niño. Si nuestra pericia resulta ser insuficiente, buscamos otra forma de enseñanaza y otro sistema de cuidados a la medida del alumno.

Durante años trabajamos con los alumnos y los padres, pero la vida en la escuela misma ya es un período muy útil. Las númerosas posibilidades de entregarse y comprometerse ofrecen oportunidades valiosas para el desarrollo personal. Dan un sentido y un dinamismo a la infancia de nuestros alumnos. Desde luego influyen considerablemente el desarrollo de valores y actitudes que necesitarán más tarde estableciendo relaciones en la familia, en el trabajo o en la vida social.

Nuestra principio: un compromiso atento

Hemos aquí el desafío central de nuestro proyecto educativo: en las escuelas de Scheppers queremos estar cada día al lado de los alumnos de modo sincero y interesado. Esta actitud nos permite en cada momento de la vida escolar estimular, vigilar y influir un comportamiento positivo de los jóvenes detectando nuevas necesidades.

Incondicionalmente apostamos por una política de presencia intensa: no vivimos al lado de nuestros alumnos, pero con ellos. Estar interesados de veras cuando estamos abordados, es una actitud fundamental que nos permite realizar la esencia de nuestra obra pedagógica: apoyar, dirigir y estimular a los jóvenes. Nuestro interés por lo que preocupa a los jóvenes les incita a comprometerse, a ayudar a los compañeros de clase y a desarrollar una mentalitad alegre.

Situándonos al lado de los alumnos nos da la posibilidad de ser mejores enseñantes: tenemos una imagen más detallada de cada jóven y somos capaces de formar un juicio más matizado y justo.

Cada clase es un laboratorio para aprender las actitudes sociales en que los profesores desafiamos a los jóvenes de manera positiva. Para crear un ambiente de clase positivo son indispensables el orden, la disciplina, la puntualidad, la pulcritud y el silencio. Expresan el respeto mutuo en el mundo de la escuela.

Las pausas y los contactos informales antes, durante y depués de las horas de clase también forman parte de la vida escolar. Cada día estos momentos de vida en compañía ofrece oportunidades para desarrollar formas de comunicación y actitudes correctas. Así los enseñantes y los alumnos favorecen juntos el bienestar de todos. Es nuestra tarea acompañar a los jóvenes y darles el ejemplo: les ofrimos una estructura, dirigimos y provemos un ambiente para estudiar y vivir. Así aumentamos su capacidad de resistencia indispensable durante la enseñanza superior y más tarde aun, al trabajo.

Nuestra solidaridad crea un apoyo mutuo

Consideramos el desarrollo de la enseñanza y la educación como una responsabilidad que compartimos todos. Optamos explícitamente por ser disponibles, de manera colectiva y muy perceptible, y esto significa un plusvalía que nos permite realizar el proyecto educativo de las escuelas de Scheppers en Flandes. A nuestro parecer la educación es un trabajo en equipo que sólo podemos lograr cuando todos estemos de acuerdo con los objetivos de enseñanza, los métodos educativos, las reglas y la disciplina.

El tratamiento cotidiano también tiene una influencia sobre el bienestar y el ambiente educativo en qué los jóvenes nos están confiados. En este diálogo respetuoso los jóvenes pueden encontrar la base para construir de manera optimista y dinámica su dicha y su personalidad única.

Además los alumnos y los padres necesitan claridad. Por eso tenemos que comunicarles suficientemente nuestras expectativas, nuestras reglas y nuestras normas de evaluación. Tenemos que aclarar los principios de nuestras acciones pedagógicas para que los alumnos y los padres encuentren en nuestro proyecto pedagógico un apoyo para entender porqué algo es deseable o no.

Aparte de eso colaboramos con toda franqueza con los padres y los alumnos a la creación de un ambiente de aprendizaje y de vida positivo en la escuela. Por eso les rogamos participar lo más posible en órganos de consulta y de participación.

De esta manera la solidaridad y la concordia entre todos fortalecen nuestra eficiencia y ofrecen un punto de apoyo y claridad a todos los que están implicados en nuestro proyecto educativo.